26 may 2018

“Entre Larsen y Borneo” de Lois & Fernández



Comenzaremos este serie de reseñas con esta novela, coescrita por Graciela Pérez de Lois y Beatriz Fernández.
Lois (derecha) y Fernández (izquierda) en la FILBA 2017
Imagen de elbarriopueyrredon.com.ar
"Matías consigue su primer trabajo en un barcito de playa en Villa Gesell. Su tristeza por pasar las fiestas de fin de año lejos de casa queda compensada con la alegría de estar en un nuevo lugar, rodeado de gente que lo aprecia.
Lo esperan largas jornadas al sol, entre chicas, salidas nocturnas y obligaciones. Conoce a Esteban, un chico distinto, al que le interesa el cine y que, extrañamente, les teme a las grandes ciudades. Este miedo encierra una historia más oscura que lo que todos pueden imaginar.

Una novela policial en la que ficción y realidad se entremezclan para formar una trama compacta."

Habiendo leído la contratapa, el comienzo del libro es intenso, pues nuestro protagonista y primer narrador, Matías Solari, despierta en un hospital con una herida de bala en la pierna y sin memoria de lo que le ocurrió.

Pero no es sólo el suspenso lo que me mantuvo en la lectura; esta no sólo es la historia de Matías, también es la historia de sus padres, su hermana, sus amigos...cada personaje tiene su turno como la voz que lleva a cabo la historia, y cada uno de ellos se deja ver en su relato, con sus impulsos y pensamientos, problemas y preocupaciones.

Mientras que Matías pasará los meses de verano trabajando en la costa, en Buenos Aires su hermana Luciana queda en lo que es para mí el aspecto más interesante de la novela: la lucha con su transtorno alimentario. Tener a una víctima de este problema como narrador me hace ver que es algo mucho más serio y complejo que "no comer".

Di a este libro una segunda lectura para escribir esta reseña, y he aquí un par de cosas que no había notado la primera vez que lo leí:

1) El título de la novela refiere a la calle donde vive la familia Solari (Larsen) y al bar donde trabaja Matías en Villa Gesell (Borneo).

2) En el capítulo 10, las autoras hacen lo que podría considerarse un "cameo" literario, en el que se las oye discutir sobre lo que será esta misma novela:

"-¿Y con qué síntomas la presentamos? Porque por más que sea una novela, este tipo de cosas no se pueden inventar.
-Buscamos datos en Internet, vos le preguntás a tu nutricionista, yo a mi psicóloga, le agregamos algún conflicto con la madre y listo."

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